sábado, 17 de agosto de 2013

Vivimos en un mundo sin significado, donde la crisis nos entierra vivos. Cristiano Ronaldo está triste. Los sobres ya no guardan cartas a los Reyes Magos. Ir al cine a ver una película en la que te duermes cuesta 7'60. Peter Pan vaga por las calles porque le han embargado el País de Nunca Jamás. Robin Hood está saturado de trabajo. Ya no tenemos a los Beatles ni a Queen. Y esos restaurantes en los que tantas veces comimos han desaparecido.
Sin embargo, cuando me parece que todo está perdido, apareces tú, como una especie de máquina del tiempo, y me llevas al pasado o al futuro. Emerges reencarnado en Freud para apoderarse de mis sueños y llevarte mis preocupaciones. No me compres bombones. Ni me escribas poemas manchados por pareados impares. Y, por favor, no me envíes flores, que se me mueren a los dos días; simplemente, ven a verme a menudo con tu traje de mago y tu chistera. Coge tu conejo y tus pañuelos y haz lo que mejor sabes hacer para hacerme desaparecer, como por arte de magia, de ese mundo sin significado. Lucía Hernández. XL Semanal.

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